Así nos imaginamos varios domingos de nuestra vida

Antes de comenzar a escribir, les quiero compartir la siguiente imagen porque seguramente explicará claramente nuestro título:

La Procedencia, un restaurante delicioso con biciestacionamiento.
Foto de Nohemí

El domingo 5 de Agosto nos reunimos a las 10am en la esquina de Pilares y Pestalozzi, al principio comenzamos a tener varias complicaciones mecánicas que nos retrasaron, pero las íbamos solucionando como podíamos (había una chica que estaba estrenando bici, pero parece que el lugar donde la compró no se la dejaron bien, porque a cada rato se le iba cayendo alguna parte, así que si compran una bici nueva llévenla de todas formas al mecánico, desconfíen que se las hayan dado «listas»).

Nohemí (media naranja y cofundadora de BiciGourmet) fue quien dirigió la rodada, ya que un servidor se quedó acompañando a otro de nosotros, quien curiosamente también estaba estrenando bicicleta, pero cuya cámara trasera venía con defecto de fábrica y teníamos que parcharla ¡cada 5 cuadras!

Con todo y retrasos mecánicos, pudimos pedalear durante varios kilómetros hacia la Villa y de regreso a Sevilla para ahí desviarnos hacia la colonia Roma, exactamente en la esquina de Tonalá y Guanajuato, donde se encuentra La Procedencia.

Definitivamente su Boeuf Bourguignon es el platillo dominical que estábamos esperando.

Llegamos y el biciestacionamiento estaba vacío, con nuestras bicicletas lo llenamos, inmediatamente nuestra mesera salió del restaurante, preguntó si éramos BiciGourmet y de inmediato avisó a la cocina y nos preparó nuestras mesas. Muy amablemente La Procedencia nos tenía preparado su platillo especial: Boeuf Bourguignon. Y vaya que es su especialidad, ya que francamente estaba delicioso, la carne muy rica preparada con vino tinto y una guarnición de papas gratinadas que varios dejamos al último porque no queríamos que se terminaran nunca.

La comida transcurrió en silencio mientras comíamos, ya que era imposible hablar y darle oportunidad a que nuestra rica comida se enfriara, pero ya que íbamos terminando comenzaron a surgir las anécdotas, bromas, noticias, ofertas de trabajo y demás. Para el postre algunos pidieron crepas dulces, croissants, magdalenas, té, capuccino o nuestro café espresso gratis (por llegar en bici) o la más temeraria: ¡espresso con mezcal!

Después de un muy buen rato de sentirnos como en nuestra casa, no sólo por la forma en que cocinan y atienden, sino también por saber que estábamos en un lugar amigo por ser ciclistas, decidimos emprender la marcha, algunos nos dirigimos hacia Circuito Interior, otros hacia Mariano Escobedo, los más hacia la Del Valle, Coyoacán y una apreciable pareja de intrépidos hacia El Caminero en el Sur de la Ciudad. Todos llegaron sanos, salvos y bien alimentados.

Sentíamos cierta tristeza porque el biciestacionamiento se quedaba vacío, pero nos encontramos a Rogelio, parte del Club de Bicicletas Antiguas, quien estaba estacionando su bonita y antigua bicicleta, platicamos un rato y parece que ambos grupos estaremos cocinando una rodada deliciosa hacia el Centro.

Es así como nos imaginamos varios domingos de nuestra vida, rodando por esta ciudad de México, con platillos dominicales excelsos, grandes amigos (antiguos y nuevos), biciestacionamientos a reventar y un restaurante bike-friendly que nos consienta por ser ciclistas.

¡Un enorme agradecimiento a La Procedencia y a todos los que nos acompañaron el domingo, sin ustedes la comida no hubiera tenido tanto sabor!

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